miércoles, 31 de enero de 2018

Un poema de "El arrecife de las sirenas" de Luna Miguel

BAÑO EN EL LAGO DE SLOTERPARK


quería que la primera vez que vieras el mar 
fuera en el sur
concretamente en el cabo de gata
más concretamente aún en el arrecife de las 
sirenas
o en aquella cala hecha de escombros
entre las salinas y la fabriquilla
donde una vez en primavera tuve que lanzar
 rosas al azul
quería eso y fui egoísta
porque en vez de celebrar tu cuerpo en la arena
de cualquier playa divertida
yo quise llevarte a la de un recuerdo íntimo
mirarte vivo allí donde miré la muerte
y bautizar aquel encuentro
como una casualidad artificial pero memorable
sin embargo
el destino quiso que tus ojos se toparan en 
agosto
con el agua extranjera del mar del norte
y con el barro de los canales holandeses donde los patos
baten sus alas levantando las mismas gotas
que salpiqué sobre tu tripa
el último día de vacaciones en sloterpark
fue allí donde descubrí que el arrecife
es un lugar que sólo existe en mi cabeza
una imagen hecha de sal y espuma
que lo inunda todo y se parece a tu mirada
da igual la cantidad de veces
que te hubiera imaginado en el mar de los deseos
creo que lo que me libera del miedo y de la muerte
es verte vivo en todos mis paisajes

LUNA MIGUEL




miércoles, 24 de enero de 2018

Un poema de "De regreso a nosotros" de Ana Pérez Cañamares

Cómo es posible que me encuentres
cuando soy descampado o ruina

y sin embargo has venido
mi nombre y señas los traes
apuntados en un sobre

al abrir la carta encuentro
los planos de mi reconstrucción:

yo misma los dibujé hace años.

ANA PÉREZ CAÑAMARES


jueves, 18 de enero de 2018

Un poema de "Que viene el lobo" de Itziar Mínguez Arnáiz

EXCUSATIO NON PETITA

Te avergüenza decir que eres poeta

la gente te mira raro
como si fueras un ser de otro mundo
que vive en un estado de permanente tormento

por eso te justificas inmediatamente después:
pero estoy terminando una novela
añades

todo parece volver a sus sitio.

ITZIAR MÍNGUEZ ARNÁIZ


martes, 16 de enero de 2018

Un poema de "El oficio del hombre que respira" de Francisco Caro

EL VIAJE SIN EXCUSA

Porque vivir es esto,
un viaje sin excusa,
un reto de distancias, nunca quise
ser transeúnte roto en sus caminos.

Sabedor de sus túneles y alfombras,
de sus bifurcaciones,
de sus tretas gordianas, de que nunca decreta
cárcel para los buitres ni da salvoconductos,
hice largo el trayecto, pero rumor mis pasos.

De cada recorrido guardo
el polvo de la marcha,
el sol con que se guían los audaces
y la plata encendida de las cumbres,
no recelo
de veranos con nieve,
de crepúsculos pálidos,
de posadas con voces clandestinas, sigo
poniendo nombres
al fracaso de algún ayer intruso,
a las aves y encinas que me cruzan,
a los patios del sueño,
y escribo, si me deja, de sus provocaciones,
de sus enemistades,
del amor junto a los acantilados.

Aún espero a Borges
en las noches de tregua y estrelladas,
no pregunto a quien pasa,
no respondo.

FRANCISCO CARO


viernes, 12 de enero de 2018

Un poema de "Mientras me alejo" de Karmelo C Iribarren

TRISTEZA

Alguien dijo
que era el musgo que le sale al alma
cuando no deja de llover
sobre la ausencia.

No es una mala definición.
                                          A veces
unos días de sol en primavera
pueden ser suficientes
para quitártela de encima;

o eso piensas,
hasta que la conoces de verdad.

KARMELO C. IRIBARREN


jueves, 11 de enero de 2018

Un poema de "Licencia para bailar" de Katy Parra

EL ÚLTIMO TANGO

No puedo ahora frenar
la rotación inmensa del abrazo
para medir su órbita
CLAUDIO RODRÍGUEZ


¿Qué quieres que te cuente del amor
alguien que nunca ha escrito en el poema mariposa o
abril?
Yo sólo puedo hablarte
de los escorpiones o de las garrapatas,
de la cara de imbécil que tiene mi vecino,
de lo triste que a veces me resulta
escuchar a Coltrane
sin otra compañía que mis gatos
o del abrigo excepcional de los violines
cuando tiemblan y dudan de su música.
Sin embargo, no puedo hablarte del amor.
Ese altivo juglar no me quiso en sus filas
y ahora estoy aquí como un intruso,
escribiéndote a ti que estás leyendo
y mirando el reloj para escaparte
de toda esta indigencia,
que tal vez sabes algo de este tipo
y de sus maniobras,
que también -es posible- te haya dado plantón;
a ti, que desconoces mi lado más siniestro,
el tabaco que fumo
o a qué hora inservible
maldigo las canciones y me arrastro
hasta mi habitación sin dignidad
para seguir bebiendo esta indolencia.

¿Qué quieres que te cuente del amor
quien no pudo medir su abrazo ni su órbita?

KATY PARRA